Mark 14:3-8

3En Betania, mientras estaba él sentado a la mesa en casa de Simón, llamado el Leproso, llegó una mujer con un frasco de alabastro lleno de un perfume muy costoso, hecho de nardo puro. Rompió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús.

4Algunos de los presentes comentaban indignados:

―¿Para qué este desperdicio de perfume?
5Podía haberse vendido por muchísimo dinero
muchísimo dinero . Lit. más de trescientos denarios.
para dárselo a los pobres.

Y la reprendían con severidad.

6―Dejadla en paz —dijo Jesús—. ¿Por qué la molestáis? Ella ha hecho una obra buena conmigo. 7A los pobres siempre los tendréis con vosotros, y podréis ayudarlos cuando queráis; pero a mí no me vais a tener siempre. 8Ella hizo lo que pudo. Ungió mi cuerpo de antemano, preparándolo para la sepultura.
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